Soy una de las miles que se quedaron con boleto comprado para la gira MeXXIco de Juan Gabriel.
Debo confesar que no soy su fan, pero si quería verlo en vivo porque según los que si lo son era un súpershowman, quizá el mejor que haya existido en México.
El autor más exitoso de habla hispana ha partido, ahora es una leyenda que estará presente en generaciones de futuros hispano hablantes. En mi opinión, su legado es rico en muchos sentidos – musical, artístico, histriónico, de identidad nacional. Juanga sintetizó en su música la nostalgia y emoción de todo un país. Es tan fuerte la herencia que le deja al género popular mexicano, que las redes han rompido en un luto digital.
Hoy para recordarlo quiero mencionar sus principales aciertos, quizá involuntarios, en la construcción de su marca personal.
La gente siempre tiene la razón
Básico a la hora de sostener una marca personal. Juanga lo sabía, el cliente siempre es quien decide, durante años sostuvo una relación íntima con los asistentes a sus conciertos. Solía comunicarse con cercanía, era algo así como asistir a una fiesta entre amigos. Detalle interesante para los Community Managers.
Dejar un testimonio
El objetivo mesiánico de casi todo influencer o marca es trascender. Durante más de 40 años de carrera, Juan Gabriel quiso dejar un testimonio para las generaciones futuras. Construyó el propósito compartiendo escenas de diferentes momentos de su carrera, incluyendo algunas que muestran su proceso creativo.
Contar una historia
Un aspecto muy útil para quienes generamos contenidos de marca es contar una historia, cada canción del Divo de Juárez tiene escenas líricas de amores, situaciones, emociones comunes. Juan Gabriel es un maestro en crear una historia partiendo de un sentimiento. Juan Gabriel fue un niño abandonado criado en un orfanatorio. Proveniente de una familia de escasos recursos desde pequeño entendió el lenguaje popular.
Su carrera en la música inició entre bares y prostíbulos, experiencias que tradujo en canciones cargadas de emoción. La sinceridad de cada una de sus letras es un ejemplo de sencillez. La fuerza de sus palabras aunque sutiles, suenan contundentes, característica fundamental en la creación de mensajes. Dejar de lado las complicaciones para transmitir emoción.
Copa en mano
Su comunicación corporal ha sido consistente. En sus conciertos mantuvo su sello personal, al bailar, al manejar el tono de voz, al hablarle al público como cantar con la copa en la mano y bañar al público de las primeras filas. Repetir los rasgos distintivos es fortalecer la marca, entre más espontáneas sean esas repeticiones, serán mejor aceptadas.
Vía: Merca 2.0
Foto: debate.com.mx